Teatro Solis

Tras el lanzamiento de su LP debut de estudio Marchita en 2022, la multiinstrumentista radicada en Ciudad de México emprendió un ascenso meteórico que incluyó ganar el Latin Grammy a Mejor Nuevo Artista, encabezar giras por todo el mundo y recibir elogios de medios como The New York Times, Pitchfork y Rolling Stone (que la describió como "una artista del pasado, del presente y del futuro". Sin embargo, al iniciar el trabajo en su siguiente disco, la originaria de Veracruz se encontró detenida por una serie de falsos arranques y sacudidas personales devastadoras, incluyendo el asesinato de su mejor amigo a finales de 2022. Tras tomarse un tiempo para sanar y reconfigurarse, Estrada decidió producir el álbum ella misma -un salto tan desafiante como gratificante que terminó por aportar mayor profundidad y color a su resplandeciente propuesta artística.
"Toda la experiencia fue como un renacimiento: atravesé tanta pérdida y dolor, y salí del otro lado con una nueva manera de enfrentar la realidad con gracia y esperanza".

La gestación de Vendrán Suaves Lluvias, se extendió a lo largo de tres años y comenzó en la primavera de 2022, cuando Estrada se encerró en el estudio con un antiguo colaborador inmediatamente después de concluir una extensa gira en apoyo a Marchita. "Esperaba que el proceso de producción fuera libre y lúdico, pero en cambio resultó ser rígido", recuerda. "Me estaba presionando demasiado y terminó siendo un desastre total". Abandonado ese primer intento, se embarcó en otra prolongada gira hasta que regresó a Ciudad de México tras sufrir una lesión en la médula espinal que, por un tiempo, la dejó en silla de ruedas. "Hasta hoy los médicos no comprenden qué pasó, pero creo que fue mi cuerpo pidiéndome descanso después de tanto esfuerzo", señala. Después de ganar el Latin Grammy en noviembre, su vida volvió a sacudirse cuando su mejor amigo y su hermano fueron secuestrados y asesinados en la Ciudad de México. "Sentí que nada tenía sentido y me tomó mucho tiempo reprogramar mi mente para intentar aceptar lo sucedido", dice. "Por primera vez en años, me tomé un descanso de todo".

Vaso exquisito para las voces siempre hipnóticas de Estrada, Vendrán Suaves Lluvias revela el impacto puro de su autoexpresión sin límites en canciones como "Dime": un tema melancólico y a la vez jubiloso que encapsula a la perfección la complejidad emocional del álbum. "Estaba en una relación tóxica y no sabía qué hacer con la rabia que sentía, porque veía el enojo como una emoción negativa", explica. "‘Dime' fue mi primer intento de canalizar esa rabia en algo positivo, y terminó siendo una especie de liberación".
Incluso en sus momentos más sobrios, Vendrán Suaves Lluvias pone en primer plano la musicalidad caleidoscópica que Estrada ha cultivado desde sus primeros días en el pequeño pueblo montañoso de Coatepec.

Sobre el disco

El más reciente álbum de Silvana Estrada, Vendrán Suaves Lluvias, germinó en un periodo de su vida marcado por el autodescubrimiento, la tragedia y, finalmente, la trascendencia para esta cantautora querida en todo el mundo. Tras el lanzamiento de su LP debut de estudio Marchita en 2022, la multiinstrumentista radicada en Ciudad de México emprendió un ascenso meteórico que incluyó ganar el Latin Grammy a Mejor Nuevo Artista, encabezar giras por todo el mundo y recibir elogios de medios como The New York Times, Pitchfork y Rolling Stone (que la describió como "una artista del pasado, del presente y del futuro"). Sin embargo, al iniciar el trabajo en su siguiente disco, la originaria de Veracruz se encontró detenida por una serie de falsos arranques y sacudidas personales devastadoras, incluyendo el asesinato de su mejor amigo a finales de 2022. Tras tomarse un tiempo para sanar y reconfigurarse, Estrada decidió producir el álbum ella misma -un salto tan desafiante como gratificante que terminó por aportar mayor profundidad y color a su resplandeciente propuesta artística.

"Durante mucho tiempo me sentí perdida, hasta que entendí que quizá lo que necesitaba era suavidad, dulzura y un espacio seguro para reconectarme con mi intuición", cuenta Estrada. "Cuando recuperé ese espacio, me quedó claro que yo era la única persona que podía producir este álbum. Toda la experiencia fue como un renacimiento: atravesé tanta pérdida y dolor, y salí del otro lado con una nueva manera de enfrentar la realidad con gracia y esperanza".

Con un título que se traduce como Vendrán suaves lluvias (una frase inspirada en un poema de 1918 de Sara Teasdale), el álbum expande el sonido detallado y exquisito de Marchita -su debut con Glassnote Records/Altafonte, incluido en las listas de lo mejor del año por NPR, SPIN y The Guardian. Un nuevo capítulo en una carrera que la ha llevado a colaborar y/o compartir escenario con artistas como Laufey, Devendra Banhart, Cécile McLorin Salvant, entre otros, Vendrán Suaves Lluvias la encuentra trabajando con su banda de siempre (un grupo de músicos de jazz con el pianista y arreglista Roberto Verástegui y el baterista Alex Lozano), así como con el compositor nominado al Óscar Owen Pallett (Frank Ocean, The National, Lana Del Rey) y un conjunto de músicos de Montreal conocidos por su trabajo con la recordada Lhasa de Sela. Para concebir el disco, Estrada bebió de influencias que van desde la tropicália hasta Tom Waits y el minimalismo del compositor Arvo Pärt, construyendo lentamente un telón de fondo hipnótico para sus reflexiones sobre la preservación del alma. "Este álbum nació de preguntarme cómo honrar mi rabia y construir una existencia que sea, al mismo tiempo, verdadera y bella", dice Estrada, quien también escribió todas las canciones del disco. "Siempre he sentido una conexión muy fuerte con la tristeza, pero ahora entiendo que la rabia puede ser una energía que te impulse a transformar tu vida para bien".

La gestación de Vendrán Suaves Lluvias se extendió a lo largo de tres años y comenzó en la primavera de 2022, cuando Estrada se encerró en el estudio con un antiguo colaborador inmediatamente después de concluir una extensa gira en apoyo a Marchita. "Esperaba que el proceso de producción fuera libre y lúdico, pero en cambio resultó ser rígido", recuerda. "Me estaba presionando demasiado y terminó siendo un desastre total". Abandonado ese primer intento, se embarcó en otra prolongada gira (incluyendo fechas como telonera de Andrew Bird e Iron & Wine), hasta que regresó a Ciudad de México tras sufrir una lesión en la médula espinal que, por un tiempo, la dejó en silla de ruedas. "Hasta hoy los médicos no comprenden qué pasó, pero creo que fue mi cuerpo pidiéndome descanso después de tanto esfuerzo", señala. Después de ganar el Latin Grammy en noviembre, su vida volvió a sacudirse cuando su mejor amigo y su hermano fueron secuestrados y asesinados en la Ciudad de México. "Sentí que nada tenía sentido y me tomó mucho tiempo reprogramar mi mente para intentar aceptar lo sucedido", dice. "Por primera vez en años, me tomé un descanso de todo".

De regreso a la música, Estrada atravesó varios intentos infructuosos de trabajar con productores externos, hasta que vivió un momento decisivo al ser invitada a participar en un homenaje a Lhasa de Sela en el otoño de 2024. Esa oportunidad la llevó a Montreal para grabar con varios de los antiguos colaboradores de Lhasa y músicos locales -los guitarristas Joe Grass y Warren Spicer, el percusionista Robbie Kuster, la arpista Sarah Pagé, el bajista Rémi-Jean LeBlanc y el baterista Tommy Crane-. "Pasamos cinco días ensayando en una cabaña junto a un lago [Lost River Studios] en pleno verano, y fue uno de los momentos más felices de mi vida", cuenta. "Me dieron el regalo más generoso que he recibido: el espacio para ser yo misma y compartir mis ideas sin ser juzgada. Todo volvió a sentirse lleno de color". Tras grabar varias canciones en Montreal y otra más en Barcelona, Estrada regresó a Ciudad de México para registrar el resto del álbum en vivo con su banda. Luego reunió todo el material compuesto en esos años y pasó meses editando y mezclando junto a tres de sus más cercanos colaboradores: su ingeniero de sala Leonel Carmona, el ingeniero de Marchita Daniel Bitrán y su mánager Edwin Erazo, hasta dar vida plena y definitiva a Vendrán Suaves Lluvias.

Vaso exquisito para las voces siempre hipnóticas de Estrada, Vendrán Suaves Lluvias revela el impacto puro de su autoexpresión sin límites en canciones como "Dime": un tema melancólico y a la vez jubiloso que encapsula a la perfección la complejidad emocional del álbum. "Estaba en una relación tóxica y no sabía qué hacer con la rabia que sentía, porque veía el enojo como una emoción negativa", explica. "‘Dime' fue mi primer intento de canalizar esa rabia en algo positivo, y terminó siendo una especie de liberación". Una de varias canciones creadas junto a Pallett y grabadas con una orquesta radicada en Macedonia del Norte, "Dime" encarna tanto una intimidad punzante como una grandeza absorbente, desplegándose entre cuerdas suntuosas, metales luminosos y un extenso trabajo de guitarra acústica (a cargo de Michael League, cinco veces ganador del Grammy y amigo y colaborador de larga data de Estrada). "Puse todas mis fuerzas en cubrir esta canción de alegría", señala. "La letra te lleva a ese dolor sordo de una relación dañina, pero la música poco a poco empieza a celebrar el cambio".

Cantautora inimitable con alma de poeta, Estrada encuentra inspiración en la belleza inefable del mundo natural en temas como "Lila Alelí": una deslumbrante pieza de jazz-pop nacida de un ataque de nostalgia y atravesada por cálidos recuerdos del campo veracruzano. "Muchas veces en mi vida he sentido que mi mundo se derrumba, pero siempre ha habido una parte de mí que permanece tranquila, sabiendo que la naturaleza es más fuerte que todo", afirma. Otro tema lleno de imágenes exuberantes, "Flores" crece hasta un majestuoso clímax mientras Estrada documenta un momento sublime de transformación personal. "Estaba en un punto de una relación en el que me sentía vacía y con un profundo deseo de abundancia emocional", dice. "‘Flores' es mi forma de decir que puedo ser mi propia jardinera y cultivar mis flores, y me encanta cómo la orquesta captura esa sensación de que una estructura se destruye por completo para crear espacio a un renacer". Uno de los cortes más tiernos del álbum, "Como un Pájaro", presenta un retrato agridulce de las muchas noches en vela que pasó viviendo sola en los primeros días del confinamiento, adornando su contemplación solitaria con un silbido delicado y un sutil arreglo de cuerdas de Verástegui.

En la reveladora y suave "No Te Vayas Sin Saber", Estrada habita tanto una inmensa sensibilidad como una fuerza indudable al rendirse ante el dolor de una despedida. "Creo que para decir adiós tienes que dejar el ego a un lado y entregarte al amor, la dulzura y el cuidado", dice. "Es doloroso, pero también es hermoso cuando logras llegar a esa clase de gracia". En otras piezas del disco, Estrada despliega su imaginación sin límites, como en la teatral "Good Luck, Good Night" (que concibió como "empapada en humo y alcohol, algo que suena como la clientela de una cantina perdiendo lentamente la cordura") o en la minimalista pero hipnótica "Un Rayo de Luz", una canción que comenzó al piano mientras lloraba la muerte de su mejor amigo. Inspirada por su estancia en una residencia artística en la casa de la icónica cantante ranchera Chavela Vargas, la pieza surgió mientras meditaba sobre unas palabras de Vargas: "Qué hermosa debe ser la muerte, si nadie ha vuelto de allí".

Incluso en sus momentos más sobrios, Vendrán Suaves Lluvias pone en primer plano la musicalidad caleidoscópica que Estrada ha cultivado desde sus primeros días en el pequeño pueblo montañoso de Coatepec. Hija de lauderos, comenzó a tocar un cuatro venezolano fabricado por su padre y creció cantando tanto música coral barroca como son jarocho, para luego empezar a actuar en bares locales a los 13 años. Con formación en jazz, conoció al guitarrista Charlie Hunter (D'Angelo, Norah Jones) durante un seminario en Guadalajara, y pronto unieron fuerzas para el álbum colaborativo Lo Sagrado (2017). En los años siguientes, Estrada debutó como solista con el EP Primeras Canciones (2019) y comenzó a girar incansablemente, recibiendo pronto el apoyo de artistas como Mon Laferte y Julieta Venegas, hasta firmar con Glassnote Records en 2020. Desde el lanzamiento de Marchita, ha logrado hitos como una nominación al Grammy a Mejor Interpretación de Música Global (por su sencillo de 2023 "Milagro y Desastre"), apariciones en Tiny Desk de NPR y The Kelly Clarkson Show, el premio Trailblazer de National Sawdust y el GRAMMY Museum, presentaciones con la Filarmónica de Los Ángeles en el Walt Disney Concert Hall como parte de la serie Canto en Resistencia, y -más recientemente- la curaduría de un escenario en el Pitchfork Music Festival en Ciudad de México, que incluyó a Bedouine, Tim Bernardes y Rodrigo Amarante.

Al mirar atrás al exigente proceso de creación de Vendrán Suaves Lluvias, Estrada expresa un orgullo especial por mantenerse fiel a su visión sin concesiones. "Nunca he dedicado tanta energía, atención y esfuerzo a algo en mi vida", afirma. "Cuando lo escucho ahora, sé que tenía que suceder así, porque todas estas canciones vienen de un lugar especial de mi corazón al que nunca había accedido antes". Y al compartir el álbum con el mundo, espera que otros puedan vivir su propia metamorfosis. "Uno de mis mayores deseos es que la gente escuche el álbum de principio a fin y se sienta diferente al llegar al final", dice Estrada. "Quiero dar a las personas un espacio para enfrentar su dolor y sus cicatrices, y luego hacer las paces con ellos, y que sepan que puede haber belleza en absolutamente todo lo que se vive, siempre que abras tu corazón lo suficiente para recibirla".

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